Ave María Purísima, sin pecado original concebida.
I.- La vida presente esta llena de aflicciones, contrariedades en las cuales el alma conoce la fragilidad humana, lo mudable del mundo: "en este valle de lagrimas".
II.- Las aflicciones propias de la vida no deben invadir nuestra alma de odios, sentimientos contrarios o rencores, por el contrario, sacar ventaja para nuestra salvación eterna; aprovecharnos en humildad, castidad, mansedumbre, fortaleza, recordando las palabras de San Pablo Apóstol: "Todas las cosas son para bien de los que aman a Dios."
III.- No te irrites, pues, contra la mano de tu perseguidor, ni te impacientes en tus enfermedades, son un medio efectivo para separarte de tus apegos desordenados, recordar que tu patria es el cielo, y sobre todo, que la vida presente es un medio para llegar a la eternidad, por lo cual no aficionarnos, no perder la cabeza por un capricho o momento de placer contra la ley de Dios; mantener la mente fría, el ánimo sereno para poder distinguir, para asegurar el reino de los cielos por medio del cumplimiento de los santos mandamientos, el rezo despacio y atento del Santo Rosario, la vida de gracia.
IV.- No se amargue tu vida con la fragilidad humana, no se resfríe la caridad por la falta de correspondencia a su esfuerzo, utilice su inteligencia para ganase el cielo en todas las ocasiones del día, sean prosperas o adversas, no se busque a usted mismo en todas las cosas, busque a Dios Nuestro Señor y la inmolación de Usted.
Dios le bendiga.
Ave María Purísima, sin pecado original concebida.