Señor, ¿no sembraste buena simiente en tu campo? Pues ¿cómo tiene cizaña? Contestóles: Algún enemigo mío ha hecho esto. Replicaron los criados: ¿Quieres que vayamos a cortarla? No, les respondió, no sea que, al arrancar la cizaña, arranquéis con ella el trigo.
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